viernes, 25 de marzo de 2011

3ª Canalización de Iris por Kris-Won (25-03-2011)







I  R  I  S


        Hola, soy Iris, y vivo en el fondo del mar. 

       En estos días el mar del Japón ha mostrado todo su poder destructivo, lanzando una ola enorme de 10 metros contra las costas niponas.

       El mar no es bueno ni malo, sólo reacciona ante los estímulos que recibe de Gaia, nuestra Madre Tierra común.

       Este terremoto y el subsecuente tsunami son parte de los ajustes que nuestro planeta está haciendo para mutar al nuevo estado planetario que sobrevendrá, y no sirve de nada que nos lamentemos.

       Debemos actuar como observadores y testigos de estos acontecimientos, que son necesarios para la instauración de la Nueva Tierra.

       Y si nos toca a nosotros mismos vivirlos en nuestra propia zona geográfica, entonces deberemos también actuar, pues por alguna razón estábamos nosotros encarnados en ese lugar.

       Si no vivimos en la zona que se haya visto afectada por el seísmo, entonces nuestras oraciones y los buenos deseos para que la situación se arregle cuanto antes y se cobre el menor número de víctimas posible, siempre que esté en Ley, serán siempre bienvenidos.

       La situación en que ha quedado el archipiélago de Japón tras el terremoto, y el que acaba de azotar la zona de Myanmar en China, se ha vuelto muy precaria y delicada, y puede que ocurran más seísmos en los mares de Asia.

       Esa zona es especialmente sensible a los reajustes de Gaia; recuerden el terremoto y posterior tsunami de Indonesia o el terremoto de Tailandia.

       Estas alteraciones geológicas también afectan y alteran nuestras ciudades submarinas, y a veces algunos movimientos de las placas tectónicas submarinas provocan muchos muertos entre nosotros; y en cambio ustedes ni siquiera son conscientes de ellos en la superficie.

       A veces ocurre al contrario, y a nosotros no nos llegan las consecuencias en el fondo del mar.

       Todo depende del punto donde se halle el epicentro del terremoto.

       Ahora debo irme, porque debo colaborar con mis hermanos en la reconstrucción de parte de una ciudad submarina muy próxima a la nuestra, que ha sufrido un percance a causa de otro ajuste geológico, aunque no tan grave como el ocurrido en el Japón.

       Hasta un próximo comunicado.


                                              Iris


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